Hoy voy continuar con el artículo del pasado martes para contaros quienes son realmente las brujas, o a quien podríamos llamar así. Si te interesa el tema consulta mi última entrada aprender un poco sobre la historia de las brujas.
En la actualidad
Se conocen por brujas, hechiceros, nigromantes, sanadoras y así un largo etc.., a las personas que dicen de sí mismas poseer cualidades “diferentes, especiales, sobrenaturales o milagrosas”, que cada cual define a su manera. Este es un negocio muy rentable para aquellos que promoviendo vanas esperanzas, se enriquecen a costa del infortunio, la enfermedad y la desgracia de los demás (muchos unos desaprensivos sin escrúpulos). Y puesto que pueden ejercer sus “artes” impunemente, utilizan “Los medios” para difundirlas. Omito mi opinión personal sobre ellos, porque creo que todos la conocéis, y muchos de los que leéis este blog la compartís.
¿Por qué hay personas que los creen? Y ¿Cómo reconocer a aquellos pocos que sí pueden ayudarnos?
Cartas del Tarot |
Poned en duda, todo aquello que se os ofrece a cambio de poder o dinero. Puesto que solo se puede hacer el bien de forma gratuita y no está relacionado con ningún tipo de beneficio, excepto el espiritual que adquiere el donador por el solo hecho de ejercitar el Bien. Son por tanto portadores de “dones” que no pueden utilizar en beneficio propio.
¿Por qué hay personas que los creen?
La añoranza y necesidad humana de esas personas cuyas cualidades iban “más allá” de las reconocidas por la ciencia, nos hace caer en manos de falsos personajillos que tan solo aspiran a reconocimiento y riqueza.
El “ego” puede jugarnos, a todos, malas pasadas y hacernos creer que tenemos cualidades que en realidad solo forman parte de nuestros sueños. Pongamos los pies sobre la tierra, analicemos nuestra realidad y no juguemos a ser dioses
Estas son las palabras del verdadero sanador: “no puedo cobrar ni en dinero, ni en especies, por “algo” (beneficio que habéis recibido) que no me pertenece, puesto que lo que has recibido no procede de mí. Tu alegría me compensa”. No os preocupéis, en la actualidad, estas personas ejercitan profesiones, similares a las de sus antecesores, así pueden realizar su labor desapercibidamente (con la excepción de quién lo recibe) y ganarse su propio sustento. No precisan de riquezas ni de honores.
Estas personas a las que llamaré “benéficas”, dentro de su propia personalidad e idiosincrasia, tienen rasgos comunes: son personas inteligentes, creativas, comprensivas, cariñosas y dulces con sus semejantes; a pesar de ello suelen ser bastante ermitaños, no gustan de reuniones sociales, procuran pasar desapercibidos y acostumbran a vivir alejados de núcleos urbanos o en edificios compartidos, lejos del continuo flujo de energías procedentes de los demás.
Por su propia idiosincrasia respetan profundamente la libertad de sus semejantes y nunca interfieren sin una demanda previa (al menos que esté en riesgo la vida de la persona o se trate de un niño o ser inconsciente), casos en los que se limitan a dar un consejo. Suelen cuidar de quienes y lo que los rodea, desapercibidamente y sin interferir en su libertad.
Estos conocimientos o dones pasan genéticamente, al igual que cualquier otro carácter hereditario, a sus descendientes (ellos a su vez los recibieron de sus antepasados). Esas capacidades se manifiestan desde el nacimiento, pero al igual que cualquier otra cualidad su desarrollo dependerá de los años de entrenamiento, la perseverancia, el estudio y las enseñanzas y ayudas que directamente reciben de su más directo antecesor. Entre sus características están: Clarividencia, telepatía, telequinesis, transmitir fuerza o energía curativa, física y espiritual (Sanación), Adivinación, Contacto con Seres y personas de otras dimensiones…En definitiva, unos personajes nada comunes, aunque tan solo son personas sencillas, generosas y buenas a las que no debemos temer.
Si alguna de estas personas utiliza sus cualidades para dañar a los demás o en beneficio personal, va perdiendo sus capacidades y necesitan pactar con “Entes Malignos” para seguir realizando sus “trabajos” y entonces reciben el nombre de “brujas”. Con el tiempo “el Mal” les afecta, directamente, física y psíquicamente. Su propia maldad y el daño que generan invierte su carácter y Sí quedan marcadas físicamente. A la larga su aspecto, a pesar de que conserven su juventud y belleza suele sernos desagradable y repulsivo. Incluso, pueden perder la capacidad de engendrar, pues se les niega el derecho a dar vida.
La verdadera bruja
Desciende de las mujeres que copularon con "los Otros", práctica ritos maléficos, conjuros, maldiciones y hechizos con fines negativos, que implican invocar espíritus del más allá. Hechizos amorosos (que anulan el libre albedrio del hechizado y crean en él falsos sentimientos) o maldiciones (perjudican a otro y le causan desgracias, enfermedad o sufrimiento, lo que en español se conoce por “mal de ojo").
En una próxima entrada os diré como reconocer a una bruja porque seguro que no han desaparecido súbitamente, protegeros de ellas e invertir o anular un maleficio.
Bien, ahora a soñar… ¡Ojala tengamos la suerte de toparnos con un ser “ benéfico”!
Mucha suerte y un cariñoso abrazo a todos.
Excelente articulo, sigue asi.
ReplyDeleteLas brujas no están asociadas al mal. Tu visión está bastante sesgada por las ideas monoteistas imperantes y su manera de condenar mediante la relación del mal con la curandera/bruja que siempre ayudó al pueblo. He de decirte que si investigas las brujas son las mujeres sabias de las que hablas arriba. ahora bien, dentro de la brujeria puedes encontrar el uso de la magia para el bien o para el mal. Pero ello no significa que la iglesia condenara solo a las malas, las condenó a todas y tergiverso la imagen de las buenas para crearse adeptos.
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